La eliminación de tatuajes mediante láser es una técnica innovadora que permite borrar de la piel los tatuajes permanentes. Para el éxito del tratamiento, es aconsejable ponerse en contacto con centros que tengan la última tecnología de láser de alejandrita o láser de neodimio-YAG, y sepan qué nivel de potencia usar para eliminar los colores que lo componen. La técnica del láser permite la eliminación del tatuaje porque fragmenta los pigmentos que luego serán eliminados por los macrófagos, las células de la sangre que metabolizan estas partículas.
¿Por qué se realiza?
Los tatuajes permanentes pueden deformarse con el envejecimiento de la piel, perder su aspecto inicial o simplemente dejar de gustar a quién los lleva, de forma que buscan la forma de borrarlos de su piel como sin dejar rastro. Hoy en día los arrepentidos de un tatuaje pueden volver al artista del tatuaje para que lo cambie o ir a un dermatólogo o médico estético especializados para su eliminación completa mediante la tecnología láser.
¿En qué consiste?
La eliminación del tatuaje se realiza mediante la tecnología fotoacústica del láser, que fragmenta hasta pulverizar los pigmentos de tinta de la piel. Con el paso del tiempo, el organismo metaboliza estas partículas y las elimina mediante el sistema linfático.
Normalmente esta eliminación tarda unas 8 semanas, aunque es un tiempo muy variable en función del tipo de tatuaje, su tamaño, colores empleados y la zona en la que se localiza.
Preparación para la eliminación de tatuajes con láser
Cuando decide eliminar un tatuaje con el que ya no está satisfecho, debe tener en cuenta algunos factores que pueden afectar el resultado del tratamiento. En primer lugar, es necesario evaluar el tamaño del tatuaje, la profundidad del pigmento y los colores que lo componen: el azul y el negro son los colores más fáciles de eliminar, mientras que el blanco y el amarillo son casi imposibles de eliminar.
La fecha de realización es otro factor influyente: cuanto más antiguo sea el tatuaje, más fácil será eliminarlo, ya que ha sido parcialmente atacado por los macrófagos. Además, si el paciente sometido a tratamiento tiene una piel de color aceitunado o negro, existe el riesgo de alterar la pigmentación natural de la piel, lo que hace que la eliminación sea problemática. Finalmente, también se debe evaluar la época del año en la que elige borrar su «marca». El invierno es el periodo más adecuado para eliminar un tatuaje ya que, en los meses posteriores al tratamiento, no puede exponer la piel tratada a la luz solar.
Además, debe evitarse tomar el sol o realizar sesiones de rayos UVA hasta 10 días antes de la sesión.
Cuidados tras la intervención
Después de cada sesión, se aplica una crema antibiótica y un parche en el área tratada, para que el paciente pueda llevar a cabo su vida cotidiana de manera segura. Así, el paciente puede volver a su actividad normal tras la sesión y deberá evitar la exposición solar en la zona tratada durante los meses posteriores al tratamiento de láser.
También se aconseja tratar la piel después de las sesiones: esta se enrojecerá y el paciente puede sentir escozor o dolor en la zona. Puede aplicarse frío para disminuir las molestias e hinchazón en la zona, así como se recomendará una pomada específica y crema regeneradora de la piel. También debería evitar las esponjas y toallas ásperas durante la ducha, y lavar la zona con un jabón neutro.
Alternativas a este tratamiento
Actualmente la tecnología láser es el tratamiento más avanzado y utilizado para la eliminación de tatuajes, por sus resultados óptimos con la mínima invasión